U2 y yo

Si me preguntan sobre mis grupos de música predilectos, estas dos letras van a venir inmediatamente a mi mente. Sí, no importa que entre mis artistas más escuchados en los últimos tres meses estén Nightwish, Yann Tiersen y Moby. Tampoco importa si hace casi más de seis meses que ni siquiera los escucho, o que no tenga mucha idea de los detalles de su gira actual.

El cariño que tengo por ellos es algo que está ahí y siempre va a estar. A veces duerme, otras veces está lleno de energía, pero nunca se va y soy consciente de eso.

No soy una gran fanática, ni tampoco intento serlo, pero U2 es una de las pocas bandas de las que he escuchado discos enteros, uno tras otro, sin cansarme.  Por algún motivo ellos lo lograron y otros no.

La motivación para escribir este post fugaz nació simplemente porque volví a escucharlos después de mucho tiempo y recordé cuántos sentimientos hacen nacer en mí.

Los dejo con Twilight (en vivo, año 1983), una de las canciones que amé desde el primer instante en que la oí y que cada vez que la escucho me llega al corazón, mal. Es increíblemente inspiradora. Y me voy porque sino me pongo cursi (?)